Consejos prácticos para comprar una vivienda
El 80% de las viviendas españolas son de propiedad. La mayoría de personas quiere encontrar vivienda para toda la vida, muchas veces invirtiendo todos sus ahorros, pero sin una información suficiente esto puede costar muy caro.
A menudo, al comprar una vivienda, uno se deslumbra con las ventajas del emplazamiento, admirando las vistas exteriores, o el número de habitaciones y baños y la calidad de los acabados, o pensando en la importancia de conseguir el mejor crédito, y se olvidan aspectos mucho más importantes. Pronto surgen "sorpresas" desagradables, y aquello que parecía "para siempre" quizás ya no lo sea. Surgen problemas en la casa o costes no previstos. Todo ello perjudica la calidad de vida y hasta puede colocar al comprador en situaciones de indefensión o riesgo.
Ya sea nueva o de segunda mano, el comprador debe tener a mano toda la información legal y técnica de su futura vivienda. Todas las viviendas a la venta han de tener el certificado de eficiencia energética, que informa de los consumos energéticos en climatización y agua caliente. Es necesario conocer todos los gastos que hay que afrontar durante y después de la compra y a lo largo de la vida del edificio para evitar imprevistos y problemas futuros.
"Es básico tener un buen conocimiento del estado legal en que se encuentra la vivienda"
La titularidad y la existencia de cargas o gravámenes se consigue en el Registro de la Propiedad. En el Catastro te informarán de la superficie exacta y los lindes, para aclarar los errores que puedan tener las escrituras. Y en los ayuntamientos obtendrás información acerca de la situación urbanística de la finca y las posibles afectaciones que imposibiliten realizar reformas, ampliaciones o que lleven a una expropiación.
Al solicitar hipotecas, es bueno comparar las condiciones que ofrecen varias entidades bancarias y aclarar todos los conceptos dudosos: intereses, plazos, etc.
"Debe conocerse el estado técnico de la vivienda visitándola las veces que sea necesario para detectar posibles anomalías"
Las grietas pueden ser síntoma de problemas en la estructura del edificio. Las humedades, de falta de aislamiento térmico o de filtraciones del agua. Las instalaciones eléctricas viejas con fusibles, o la falta de toma a tierra evidencian falta de seguridad. Los síntomas de oxidación advierten de problemas en la estructura o en las instalaciones de la vivienda. Además, observando el estado de conservación de la fachada y la cubierta puede preveerse si la comunidad de vecinos deberá realizar obras de rehabilitación a corto plazo que deban costearse entre todos.
Muchos aspectos pueden detectarse con simples observaciones pero, a menudo, al comprador le resulta imposible establecer una valoración del estado de la vivienda. En estos casos, es fundamental contar con la ayuda de un arquitecto técnico que, tras una valoración técnica de la futura vivienda, pueda garantizar una compra sin problemas.